Estudiantes de octavo grado aprenden sobre los cuentos escrito por Rubén Darío, creando finales distintos del mismo texto
En conmemoración de la semana Dariana, el profesor Manuel Membreño ideó un proyecto de fanzines o un magazine hecha por fans de Rubén Darío para los estudiantes de octavo grado. Para dar a conocer cuentos nuevos y motivar a los alumnos a participar, Mr. Membreño asignó un cuento de horror por alumno: La Larva, Huitzilopoxtli o Thanatopia. Este artículo rinde homenaje al ingenio de aquellos alumnos que sobresalieron por su creatividad y dedicación.
Empecemos con el trabajo de Monserrat Solórzano, en el que ideó su fanzine inspirada por el cuento de terror “Thanatopia”. Thanatopia está narrado por James, un niño que recién perdió a su madre; junto a su padre que es doctor, sufren el luto de esta pérdida. El doctor no soporta ver a su esposa reflejada en el rostro de su hijo, por lo que decide mandarlo a un internado en Londres. James pasó muchos años en este internado y regresó a casa solo para encontrarse con una madrastra que escondía algo… Monserrat le dio un twist al cuento de horror creando su propio final (ver abajo).
La clase de octavo grado explotó su creatividad con este proyecto. Fue sorprendente ver cómo los estudiantes hacían florecer a su escritor/a interior con todos los finales ideados. Por ejemplo, Martha Gutierrez creó una historia y un final totalmente diferente del mismo cuento de Rubén Darío (ver abajo).
Respondiendo a la pregunta del motivo de este proyecto, Mr. Membreño dijo,: “Darío es inmenso: pudimos haber leído sus ensayos sobre autores como Poe o Lautréamont, o su correspondencia, o sus textos en diarios de Argentina y Chile. Pudimos hacer todo eso, pero tenía la certeza de que los chicos se aburrirían. Lo mismo pasaría con sus poemas. Para los chicos, Darío resulta lejano, inalcanzable. Al utilizar los pocos textos fantásticos o de horror de Darío, esperaba presentarles a los chicos otra faceta del poeta que aún no conocían.”
Además, compartió que lo que más aprendió de este proyecto es que las chicas y los chicos de 8vo grado tienen un rico espíritu creativo; algunos fanzines fueron verdaderos objetos de arte, hechos con mucho ingenio y esfuerzo. Aprendió además que el trabajo editorial no está muerto: cada estudiante fungió como director, editor y corrector de su propia revista. “A lo mejor en unos diez años algún estudiante perseguirá una carrera dentro del fascinante mundo del periodismo, y pensar que este fanzine pudo ser el germen de eso, me llena de mucho entusiasmo,” dijo Mr. Membreño.
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